Por Cornelio Águila Soto Antonio Casimiro Andújar
(España) cornelio@ualm.es
a. Utilizar el juego como medio de aprendizaje
Durante toda la Educación Primaria, las
situaciones en forma de juego deben ser prácticamente el único medio para la
enseñanza de los deportes colectivos. Las características de los niños en esta
edad determinan que ésto sea así, ya que es la mejor manera de incidir en su
capacidad de aprendizaje. Un niño asimilará aquello que le divierte, que le
examina, que le supone un reto.
Los deportes colectivos, además de contener una serie
de elementos técnicos y tácticos, codificados bajo unas reglas son,
básicamente, juegos. La propia práctica de los mismos posee un alto contenido
lúdico que permite explorar en el practicante dos vías de desarrollo: la social
y la personal. Las características lúdicas de la actividad de los deportes
colectivos, estimulan en los alumnos sus mecanismos cognitivos, que quedan
expresados por medio de los siguientes valores ( Seirul. lo, 1995):
- La
identificación de un entorno organizado por la norma y poder someterlo al
flujo de la propia actividad, para, así, poder identificar inmediatamente
las circunstancias personales que la normativa diluye o potencia.
- La
aceptación de la norma exige la continua elaboración de las posibles
relaciones interpersonales e intergrupales que la norma induce, lo que
permite comprometer los propios intereses en función de los del grupo.
- Asumir
compromisos personales frente a determinadas situaciones en el juego, de
acuerdo con el grupo.
- Descubrir
estrategias y explorar nuevas formas de estructurar el espacio e
interpretar las relaciones interpersonales que la norma permite y no son
utilizadas mayoritariamente, logrando construir una actividad deportiva
más inteligente y personalizada.
- Analizar
el origen del micro - modelo grupal estructurado por las condiciones de la
norma, para establecer su posible proyección a los macro - modelos sociales
y leyes que los configuran.
- Elaborar
y modificar normas para experimentar su efecto sobre la autogestión de
tareas con intereses motrices personalizados.
Además, a través
del juego se ponen en práctica todos los elementos invariables de los deportes de
equipo: compañeros, adversarios, una meta, un móvil y unas reglas. Los
educadores adaptaremos cada uno de estos elementos convenientemente en función
de las características de nuestros alumnos, sobre todo para potenciar su
participación, por medio de situaciones reducidas en las que el tengan mayor
oportunidad de practicar, y según el objetivo a alcanzar, proponiendo metas
asequibles según el nivel físico y motriz.
Pintor (1989)
propone que las actividades en la iniciación a los deportes colectivos deben
orientarse hacia los siguientes objetivos que trataremos de conseguir a lo
largo de la formación deportiva:
- Favorecer la maduración y desarrollo biológico,
psicológico, social y afectivo del niño
- Desarrollar y mejorar la capacidad de observación
y percepción de la información exterior en el ámbito donde se efectúa el
deporte, basada en la atención selectiva del terreno reglamentario y sus
elementos configurativos, el equipamiento, los compañeros, adversarios,
móvil, en relación a:
·
Factores espaciales:
·
Espacio deportivo e implementos
·
Distancias
·
Trayectorias de desplazamiento
·
Orientaciones propias y de los demás
·
Distribución espacial de los componentes
·
Espacios libres y ocupados
·
Factores espacio - temporales:
·
Velocidad de las acciones de los componentes
·
Aceleraciones
- Desarrollar la capacidad para tomar decisiones
individuales y colectivas en relación a la ejecución motriz, de acuerdo
con la observación y percepción del juego y su relación con diversos
objetivos a cumplir, en función de:
·
Acciones con el propio cuerpo
·
Acciones con los objetos (móvil)
·
Acciones con el cuerpo y los objetos
- Comprender y poner en práctica los principios del
juego de ataque y defensa, y los medios en que se basan los deportes de
equipo:
·
A través de ayudas recíprocas en ataque
·
Desmarques, , bloqueos …
·
Mediante la progresión a la meta contraria.
·
Lanzamiento hacia la meta contraria
·
Protección de la meta propia
·
Ocupación espacios, ayudas …
·
Recuperación del balón
En cuanto a la
elección y selección de los juegos, debemos aclarar que el proceso de enseñanza
- aprendizaje de los deportes colectivos no debe convertirse en una sucesión de
juegos, sin orden ni método. Este proceso requiere el análisis de los
principios tácticos del juego y de los diferentes medios individuales, y
seleccionar juegos que vayan dirigidos a una mejora y asimilación de los
mismos. Partiendo de estos principios de eficacia, podremos diseñar las
distintas situaciones de enseñanza dirigidas a que el alumno comprenda la
lógica interna de los deportes de equipo, tanto en acciones colectivas como
individuales, sin inducir a soluciones concretas prefijadas. Como indica
Blázquez (1986), deberíamos hacer una serie de reflexiones sobre las tareas que
planteamos:
- ¿ Es motivante ?
- ¿ Permite una cantidad de trabajo suficiente ?
- ¿ Permite una mejora cualitativa de las acciones
motrices ?
- ¿ Existe un máximo de participación ?
- ¿ Se adecua a los objetivos perseguidos ?
El educador, tiene
en su mano los criterios para seleccionar juegos con gran riqueza, que sometan
al niño a reflexionar, que planteen nuevas dificultades, nuevos retos que el
niño superará según sus respuestas personales. Tan sólo con la introducción de
ciertas modificaciones y variantes, podremos obtener una gran número de
situaciones pedagógicas adecuadas para la iniciación deportiva.
Principios pedagógicos
para el diseño de juegos
En relación a los
llamados Juegos Modificados, Devís y Peiró (1992) proponen una serie de
principios generales para orientar la práctica en las clases de Educación
Física, que nosotros aplicamos a los deportes colectivos:
- Principios para la elaboración de los juegos
modificados: a
través de la modificación de los elementos formales de los deportes
colectivos.
- Principios tácticos de los distintos juegos
deportivos: en
nuestro caso, el componente táctico de los deportes colectivos elevados,
por lo que podemos plantear situaciones modificadas en las que el nivel de
exigencia táctico sea variable.
- Principios para la progresión de los juegos
modificados: pasaremos por tres situaciones: 1ª globalidad del juego
modificado, con baja exigencia técnica. 2ª planteamiento de situaciones
concretas de juego en forma de juegos modificados. 3ª juego deportivo con
la técnica y situaciones específicas.
- Principios para la mejora de los juegos
modificados: se
promueve una perspectiva colaborativa entre el profesorado sobre las
experiencias en los juegos. La reflexión sobre la práctica, sin duda,
posibilita una mejora de la calidad para una nueva aplicación de los
juegos.
- Principios para el desarrollo de estrategias de
comprensión: Es
necesario completar la práctica con intervenciones de cara a evaluar el
grado de comprensión táctica del juego.
- Principios relacionados con la evaluación de los
alumnos: Evidentemente,
la evaluación nunca se dirigirá a valorar la ejecución o los resultados,
sino al grado de comprensión del juego o situación concreta del mismo.
b. Afianzar las habilidades motrices básicas y genéricas a través de la
introducción de habilidades específicas de los diferentes deportes colectivos
A través de la
práctica deportiva y predeportiva, necesariamente debemos contribuir a afianzar
las habilidades motrices básicas y genéricas de los niños de Primaria,
especialmente en primer y segundo ciclo.
Para ello,
plantearemos situaciones de aprendizaje en las que, poniendo en práctica los
elementos de los deportes colectivos, se trabajen habilidades genéricas sin
entrar en las específicas de cada deporte. Conducciones del balón, bote,
lanzamientos, desplazamientos varios, recepciones … dentro del marco del juego
colectivo pero sin indicaciones concretas. Podremos utilizar todo tipo de
móviles, de los deportes tradicionales o no, espacios, reglamentarios o
determinados por nosotros, metas de diversa índole, etc.
Estas acciones
mejorarán la Educación Física de Base de los alumnos, por medio de habilidades
en las que se incluyen elementos deportivos. Equilibrio, coordinación,
desplazamientos, lateralidad … serán contenidos intrínsecos de la actividad de
iniciación deportiva que plantearemos de forma genérica y versátil, de acuerdo
con el ritmo de ejecución y el nivel de los alumnos.
c. Plantear situaciones pedagógicas globales adaptadas
Siguiendo en la
línea de los juegos modificados, las situaciones de enseñanza - aprendizaje que
debe plantear el profesor deben mantener un sentido lúdico, pero incidir en los
aspectos tácticos de ejecución de los deportes colectivos. Las distintas
acciones, tanto individuales como colectivas, deben enfocarse a la mejora de
los aspectos de percepción, decisión y ejecución, a ser posible, de manera
integrada. No obstante, sobre cada una de estas partes, podemos determinar una
serie de parámetros que nos servirán para establecer progresiones e incidir más
en determinados aspectos ( Serra y Antón, 1989):
·
Inhibición de estímulos
·
Número de estímulos al atender
·
Tipo de estímulo
·
Intensidad del estímulo
·
Tamaño del estímulo
·
Duración del estímulo
·
Periodicidad del estímulo
·
Número de decisiones a tomar
·
Rapidez requerida en la decisión
·
Alternativas de decisión
·
Secuencia de las decisiones
·
Dominio del cuerpo en relación a un espacio
·
Dominio del cuerpo en relación o con control de un objeto
·
Dominio del cuerpo con control de un objeto en relación a un espacio
·
Dominio del cuerpo, con o sin objeto, en un espacio, en relación con otros
En cuanto a las
estrategias en la práctica, utilizar siempre la práctica global de los deportes
colectivos dificulta el aprendizaje. Por ello, trataremos de plantear
situaciones pedagógicas reducidas en cuanto al número de componentes.
Proponemos, fundamentalmente, dos modalidades de estrategias (Sánchez, 1984):
- Estrategia global modificando la situación real.
La tarea se ejecuta en su totalidad, pero se modifican las condiciones de
ejecución, que realizaremos de forma progresiva:
·
Juegos con pocos jugadores ( 2x2, 3x 3 … ) siempre con actividades que
culminen en la meta
·
Competiciones reducidas (1x1 en baloncesto, 3x3 en fútbol …) o incluso de
determinadas habilidades ( tiro, pases … )
·
Adaptación de la meta, espacio, reglas …
- Estrategia global polarizando la atención. La
tarea se realiza en su totalidad, pero inducimos a los alumnos a fijar la
atención en algún aspecto de la ejecución, bien individual, bien
colectivo:
·
Sólo se puede conseguir tanto con una parte del pie
·
Las canastas en el interior de la zona de baloncesto valen más que fuera
·
Es necesario hacer 5 toques en voleibol para pasar al campo contrario, etc.
Por su parte,
respecto al grado de relación con la estructura funcional de los deportes de
equipo, nosotros proponemos que hasta el Tercer Ciclo de Primaria sea 100%
inespecífica, es decir, no adentrarnos en las habilidades de ningún deporte en
concreto, sino plantear un trabajo global de habilidades y destrezas generales
comunes a los deportes colectivos, así como la iniciación a las reglas
elementales. A partir del Tercer Ciclo, podemos presentar cada deporte en
cuestión con sus características y peculiaridades propias, siempre con un
tratamiento global, sin buscar ningún tipo de especialización en el juego.
d. Dotar la práctica deportiva del niño de la máxima variabilidad de
experiencias motrices
Dado que
perseguimos activar la cognición del alumno, es fundamental presentarle gran
cantidad de experiencias motrices diferentes. En esa variabilidad, el niño podrá
ver las múltiples posibilidades de movimiento y, potenciará su capacidad de
elección y selección de tareas. El educador debe tener en cuenta esta
circunstancia y dotar a sus clases de diversas tareas que eviten la monotonía,
que supongan un reto constante para el alumno, mediante la introducción de
variantes en los juegos, adaptaciones de los elementos, etc.
Sin duda, ésto
mantendrá la dosis de motivación requerida en el practicante, al tiempo que
proporcionará oportunidades para que éstos se adscriban a la actividad que le
resulte más placentera y, de este modo, orientar su vocación deportiva para su
ulterior especialización.
e. Utilizar la competición como medio educativo
Los niños en edad
escolar manifiestan una gran atracción para aquello que le supone un reto, un
cierto riesgo. Además, les gusta exhibir sus habilidades y demostrar de los que
son capaces. Es por ello que la competición deportiva, en un marco educativo,
resulta muy beneficiosa para el aprendizaje escolar.
Evidentemente,
estaríamos hablando de una forma de competición que nada tiene que ver con su
significado tradicional dentro del campo federativo. El enfrentamiento contra
los demás o contra uno mismo, supone un excelente estímulo para el alumno,
siempre y cuando signifique un medio de aprendizaje y no el fin. Para ello, nos
parece interesante realizar una serie de consideraciones (Sáenz -López, 1997):
- Que sea una competición al alcance de todos.
Debemos evitar
competiciones en las que algunos alumnos, por circunstancias de sexo o
capacitación físico - motriz, queden discriminados. Concienciar a todos de que
se trata de un medio más, ayudará a que los alumnos acepten las competiciones
mixtas en las que ganar no es el único objetivo.
- Que esté adaptada a las características de los
alumnos.
En la medida de lo
posible, adaptaremos el espacio, material, reglas … para facilitar el acceso a
todos los alumnos.
- Que exista una gran variabilidad
Al igual que en el
resto de las tareas, las competiciones deben ser variadas, de cualquier
habilidad, o buscando cualquier objetivo. Esto favorecerá la formación
polifacética del alumno.
- Que se utilice como medio de aprendizaje y no
como fin
Debemos potenciar
el aspecto educativo de la competición, sobre todo en lo referente la
identificación de los elementos significativos del juego, posibilitando que el
propio alumno cree su estructura jerárquica en las distintas situaciones y,
así, descubrir a partir de la práctica la lógica interna, la estructura del
deporte.
En primer lugar
deben ser asequibles, pero no de consecución excesivamente sencilla, pues los
alumnos deben verla como un reto y, de este modo, potenciar su afán de superación.
La selección de tareas es fundamental, debiendo tener en cuenta los intereses
de los alumnos en todo momento.
- Que den la oportunidad de conseguir el éxito a
todos los alumnos
Para ello debemos
exprimir el máximo de posibilidades de la competición, planteando tareas en las
que todos los alumnos salgan exitosos en algún momento. No sólo meter el gol o
la canasta, sino todo aquello susceptible de convertirse en competitivo donde
los alumnos menos aventajados puedan obtener buenos resultados.
- Que favorezcan la participación y la cooperación.
Todos deben
participar al máximo. Por ello, plantearemos competiciones en las que cada
alumno tenga un lugar importante, sobre todo a través de situaciones reducidas
de juego ( 1x1. 2x2 … ), pero a la vez en las que sea necesaria la colaboración
para conseguir puntos (sólo es punto si han tocado el balón todos los
jugadores, en cada ataque debe conseguir punto un jugador diferente, etc)
f. Favorecer la autonomía de los alumnos en las tareas deportivas
Si planteamos
actividades que impliquen constantemente un proceso de razonamiento y elección
en las decisiones, que duda cabe estaremos fomentando una asimilación de las
tareas deportivas que potenciará en gran medida la capacidad del alumno para actuar
en las mismas de forma autónoma. Ello nos proporcionará situaciones en las que
el alumno pueda implicarse aún más en el proceso de enseñanza-aprendizaje, a
través de la organización y gestión propia de los juegos o incluso de la
autoevaluación del propio aprendizaje.
g. Potenciar la motivación de los alumnos en el aprendizaje
Es evidente que
para que el niño progrese y mejore su aprendizaje, se hace imprescindible un
nivel mínimo de motivación. Como hemos comentado anteriormente, los juegos
estimulan positivamente a los niños, sobre todo, el conocimiento de los
resultados y la recompensa obtenida, a través de palabras de ánimo por el
esfuerzo y evitando magnificar los logros o errores, hacerles ver sus
progresos, reflexionar sobre las decisiones tomadas en el juego, etc.
Por ello, el
profesor debe crear un sentimiento de satisfacción en el alumno. En general, su
actuación será dejar hacer al niño, plantear un objetivo y que ellos busquen
las soluciones, indicando las condiciones de la acción, incitándoles a la
respuesta eficaz y orientándoles cuando surgen dificultades.
h. Establecer una comunicación clara y sencilla entre el profesor y el
alumno sobre las tareas a realizar
Puesto que la
ejecución de las tareas no debe ser el objetivo fundamental del aprendizaje del
alumno, los profesores debemos huir de grandes explicaciones sobre las mismas.
El planteamiento debe ser sencillo y claro y, mediante una técnica de enseñanza
por indagación, permitir que el alumno busque las respuestas a los problemas motrices
planteados. El conocimiento del resultado, pues, no irá dirigido a la
corrección técnica, sino a potenciar respuestas creativas, fomentar la
imaginación y orientar a los alumnos hacia la mejor solución posible.