domingo, 26 de marzo de 2017

CONTRIBUCIONES DE LA CIENCIAS AL APRENDIZAJE DE LAS HABILIDADES DE JUEGO DEL VOLEIBOL MEDIANTE LA ENSEÑANZA

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Autor:
MSc. Luis Miguel Díaz
Ci:12.929.638
Co Autor
Dr.C. Rafael Cabello Matos Navelo
RESUMEN 
El entrenador debe seleccionar el cómo atenderá cada deportista del grupo para conocer su nivel de implicación. Las estrategias que debemos tener en cuenta para que el aprendizaje en el deporte cooperativo como el voleibol se consuma de forma correcta son: Programar actividades que aseguren la necesidad de cada individualidad y su relación con el grupo. Cada forma de actuación tendrá una  singularidad de sus contenidos tomando en cuenta necesidad de unos planteamientos de enseñanza diferenciados. No obstante, estos elementos y muchas más, tienen por esta circunstancia y por el hecho de que el resultado de aprendizaje deseado se consigue mediante la asimilación, conceptualización y retención de información, para ejecutar las acciones de juego que tendrá mucha similitud en gran parte de sus planteamientos generales de enseñanza. Esto traza la necesidad de una didáctica específica perfectamente diferenciada a las demás. Concretamente se diferencia en: manifestación de obtención de resultados deportivos mediante metodología de la enseñanza, estructura y  organización, principio educativo y deportivos básicos, para que un sistema de enseñanza dé lugar a un proceso educativo enriquecedor para el individuo, es necesario que tenga como punto de partida un ideario básico que lo propicie. Una didáctica en el deporte debe ser fiel a un ideario que para resumir vamos a tratar de sintetizar en unos pocos principios.


Palabras Claves: Habilidades de Juego, Voleibol, Enseñanza,  Modelos de Enseñanza

Leer Articulo Completo en: https://www.researchgate.net

CONTRIBUCIONES DE LA CIENCIAS AL APRENDIZAJE DE LAS HABILIDADES DE JUEGO DEL VOLEIBOL MEDIANTE LA ENSEÑANZA

.
Autor:
MSc. Luis Miguel Díaz
Ci:12.929.638
Co Autor
Dr.C. Rafael Cabello Matos Navelo
RESUMEN 
El entrenador debe seleccionar el cómo atenderá cada deportista del grupo para conocer su nivel de implicación. Las estrategias que debemos tener en cuenta para que el aprendizaje en el deporte cooperativo como el voleibol se consuma de forma correcta son: Programar actividades que aseguren la necesidad de cada individualidad y su relación con el grupo. Cada forma de actuación tendrá una  singularidad de sus contenidos tomando en cuenta necesidad de unos planteamientos de enseñanza diferenciados. No obstante, estos elementos y muchas más, tienen por esta circunstancia y por el hecho de que el resultado de aprendizaje deseado se consigue mediante la asimilación, conceptualización y retención de información, para ejecutar las acciones de juego que tendrá mucha similitud en gran parte de sus planteamientos generales de enseñanza. Esto traza la necesidad de una didáctica específica perfectamente diferenciada a las demás. Concretamente se diferencia en: manifestación de obtención de resultados deportivos mediante metodología de la enseñanza, estructura y  organización, principio educativo y deportivos básicos, para que un sistema de enseñanza dé lugar a un proceso educativo enriquecedor para el individuo, es necesario que tenga como punto de partida un ideario básico que lo propicie. Una didáctica en el deporte debe ser fiel a un ideario que para resumir vamos a tratar de sintetizar en unos pocos principios.


Palabras Claves: Habilidades de Juego, Voleibol, Enseñanza,  Modelos de Enseñanza

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viernes, 17 de junio de 2016

Pautas metodológicas para la iniciación a los deportes colectivos en edad escolar

Por Cornelio Águila Soto Antonio Casimiro Andújar
(España) cornelio@ualm.es


a. Utilizar el juego como medio de aprendizaje
    Durante toda la Educación Primaria, las situaciones en forma de juego deben ser prácticamente el único medio para la enseñanza de los deportes colectivos. Las características de los niños en esta edad determinan que ésto sea así, ya que es la mejor manera de incidir en su capacidad de aprendizaje. Un niño asimilará aquello que le divierte, que le examina, que le supone un reto.
Los deportes colectivos, además de contener una serie de elementos técnicos y tácticos, codificados bajo unas reglas son, básicamente, juegos. La propia práctica de los mismos posee un alto contenido lúdico que permite explorar en el practicante dos vías de desarrollo: la social y la personal. Las características lúdicas de la actividad de los deportes colectivos, estimulan en los alumnos sus mecanismos cognitivos, que quedan expresados por medio de los siguientes valores ( Seirul. lo, 1995):
  • La identificación de un entorno organizado por la norma y poder someterlo al flujo de la propia actividad, para, así, poder identificar inmediatamente las circunstancias personales que la normativa diluye o potencia.
  • La aceptación de la norma exige la continua elaboración de las posibles relaciones interpersonales e intergrupales que la norma induce, lo que permite comprometer los propios intereses en función de los del grupo.
  • Asumir compromisos personales frente a determinadas situaciones en el juego, de acuerdo con el grupo.
  • Descubrir estrategias y explorar nuevas formas de estructurar el espacio e interpretar las relaciones interpersonales que la norma permite y no son utilizadas mayoritariamente, logrando construir una actividad deportiva más inteligente y personalizada.
  • Analizar el origen del micro - modelo grupal estructurado por las condiciones de la norma, para establecer su posible proyección a los macro - modelos sociales y leyes que los configuran.
  • Elaborar y modificar normas para experimentar su efecto sobre la autogestión de tareas con intereses motrices personalizados.
    Además, a través del juego se ponen en práctica todos los elementos invariables de los deportes de equipo: compañeros, adversarios, una meta, un móvil y unas reglas. Los educadores adaptaremos cada uno de estos elementos convenientemente en función de las características de nuestros alumnos, sobre todo para potenciar su participación, por medio de situaciones reducidas en las que el tengan mayor oportunidad de practicar, y según el objetivo a alcanzar, proponiendo metas asequibles según el nivel físico y motriz.
    Pintor (1989) propone que las actividades en la iniciación a los deportes colectivos deben orientarse hacia los siguientes objetivos que trataremos de conseguir a lo largo de la formación deportiva:
  • Favorecer la maduración y desarrollo biológico, psicológico, social y afectivo del niño
  • Desarrollar y mejorar la capacidad de observación y percepción de la información exterior en el ámbito donde se efectúa el deporte, basada en la atención selectiva del terreno reglamentario y sus elementos configurativos, el equipamiento, los compañeros, adversarios, móvil, en relación a:
·         Factores espaciales:
·         Espacio deportivo e implementos
·         Distancias
·         Trayectorias de desplazamiento
·         Orientaciones propias y de los demás
·         Distribución espacial de los componentes
·         Espacios libres y ocupados
·         Factores espacio - temporales:
·         Velocidad de las acciones de los componentes
·         Aceleraciones
  • Desarrollar la capacidad para tomar decisiones individuales y colectivas en relación a la ejecución motriz, de acuerdo con la observación y percepción del juego y su relación con diversos objetivos a cumplir, en función de:
·         Acciones con el propio cuerpo
·         Acciones con los objetos (móvil)
·         Acciones con el cuerpo y los objetos
  • Comprender y poner en práctica los principios del juego de ataque y defensa, y los medios en que se basan los deportes de equipo:
·         A través de ayudas recíprocas en ataque
·         Desmarques, , bloqueos …
·         Mediante la progresión a la meta contraria.
·         Lanzamiento hacia la meta contraria
·         Protección de la meta propia
·         Ocupación espacios, ayudas …
·         Recuperación del balón
    En cuanto a la elección y selección de los juegos, debemos aclarar que el proceso de enseñanza - aprendizaje de los deportes colectivos no debe convertirse en una sucesión de juegos, sin orden ni método. Este proceso requiere el análisis de los principios tácticos del juego y de los diferentes medios individuales, y seleccionar juegos que vayan dirigidos a una mejora y asimilación de los mismos. Partiendo de estos principios de eficacia, podremos diseñar las distintas situaciones de enseñanza dirigidas a que el alumno comprenda la lógica interna de los deportes de equipo, tanto en acciones colectivas como individuales, sin inducir a soluciones concretas prefijadas. Como indica Blázquez (1986), deberíamos hacer una serie de reflexiones sobre las tareas que planteamos:
  • ¿ Es motivante ?
  • ¿ Permite una cantidad de trabajo suficiente ?
  • ¿ Permite una mejora cualitativa de las acciones motrices ?
  • ¿ Existe un máximo de participación ?
  • ¿ Se adecua a los objetivos perseguidos ?
    El educador, tiene en su mano los criterios para seleccionar juegos con gran riqueza, que sometan al niño a reflexionar, que planteen nuevas dificultades, nuevos retos que el niño superará según sus respuestas personales. Tan sólo con la introducción de ciertas modificaciones y variantes, podremos obtener una gran número de situaciones pedagógicas adecuadas para la iniciación deportiva.

Principios pedagógicos para el diseño de juegos
    En relación a los llamados Juegos Modificados, Devís y Peiró (1992) proponen una serie de principios generales para orientar la práctica en las clases de Educación Física, que nosotros aplicamos a los deportes colectivos:
  1. Principios para la elaboración de los juegos modificados: a través de la modificación de los elementos formales de los deportes colectivos.
  2. Principios tácticos de los distintos juegos deportivos: en nuestro caso, el componente táctico de los deportes colectivos elevados, por lo que podemos plantear situaciones modificadas en las que el nivel de exigencia táctico sea variable.
  3. Principios para la progresión de los juegos modificados: pasaremos por tres situaciones: 1ª globalidad del juego modificado, con baja exigencia técnica. 2ª planteamiento de situaciones concretas de juego en forma de juegos modificados. 3ª juego deportivo con la técnica y situaciones específicas.
  4. Principios para la mejora de los juegos modificados: se promueve una perspectiva colaborativa entre el profesorado sobre las experiencias en los juegos. La reflexión sobre la práctica, sin duda, posibilita una mejora de la calidad para una nueva aplicación de los juegos.
  5. Principios para el desarrollo de estrategias de comprensión: Es necesario completar la práctica con intervenciones de cara a evaluar el grado de comprensión táctica del juego.
  6. Principios relacionados con la evaluación de los alumnos: Evidentemente, la evaluación nunca se dirigirá a valorar la ejecución o los resultados, sino al grado de comprensión del juego o situación concreta del mismo.

b. Afianzar las habilidades motrices básicas y genéricas a través de la introducción de habilidades específicas de los diferentes deportes colectivos
    A través de la práctica deportiva y predeportiva, necesariamente debemos contribuir a afianzar las habilidades motrices básicas y genéricas de los niños de Primaria, especialmente en primer y segundo ciclo.
    Para ello, plantearemos situaciones de aprendizaje en las que, poniendo en práctica los elementos de los deportes colectivos, se trabajen habilidades genéricas sin entrar en las específicas de cada deporte. Conducciones del balón, bote, lanzamientos, desplazamientos varios, recepciones … dentro del marco del juego colectivo pero sin indicaciones concretas. Podremos utilizar todo tipo de móviles, de los deportes tradicionales o no, espacios, reglamentarios o determinados por nosotros, metas de diversa índole, etc.
    Estas acciones mejorarán la Educación Física de Base de los alumnos, por medio de habilidades en las que se incluyen elementos deportivos. Equilibrio, coordinación, desplazamientos, lateralidad … serán contenidos intrínsecos de la actividad de iniciación deportiva que plantearemos de forma genérica y versátil, de acuerdo con el ritmo de ejecución y el nivel de los alumnos.

c. Plantear situaciones pedagógicas globales adaptadas
    Siguiendo en la línea de los juegos modificados, las situaciones de enseñanza - aprendizaje que debe plantear el profesor deben mantener un sentido lúdico, pero incidir en los aspectos tácticos de ejecución de los deportes colectivos. Las distintas acciones, tanto individuales como colectivas, deben enfocarse a la mejora de los aspectos de percepción, decisión y ejecución, a ser posible, de manera integrada. No obstante, sobre cada una de estas partes, podemos determinar una serie de parámetros que nos servirán para establecer progresiones e incidir más en determinados aspectos ( Serra y Antón, 1989):
  • PERCEPCIÓN
·         Inhibición de estímulos
·         Número de estímulos al atender
·         Tipo de estímulo
·         Intensidad del estímulo
·         Tamaño del estímulo
·         Duración del estímulo
·         Periodicidad del estímulo
  • DECISIÓN
·         Número de decisiones a tomar
·         Rapidez requerida en la decisión
·         Alternativas de decisión
·         Secuencia de las decisiones
  • EJECUCIÓN
·         Dominio del cuerpo en relación a un espacio
·         Dominio del cuerpo en relación o con control de un objeto
·         Dominio del cuerpo con control de un objeto en relación a un espacio
·         Dominio del cuerpo, con o sin objeto, en un espacio, en relación con otros
    En cuanto a las estrategias en la práctica, utilizar siempre la práctica global de los deportes colectivos dificulta el aprendizaje. Por ello, trataremos de plantear situaciones pedagógicas reducidas en cuanto al número de componentes. Proponemos, fundamentalmente, dos modalidades de estrategias (Sánchez, 1984):
  • Estrategia global modificando la situación real. La tarea se ejecuta en su totalidad, pero se modifican las condiciones de ejecución, que realizaremos de forma progresiva:
·         Juegos con pocos jugadores ( 2x2, 3x 3 … ) siempre con actividades que culminen en la meta
·         Competiciones reducidas (1x1 en baloncesto, 3x3 en fútbol …) o incluso de determinadas habilidades ( tiro, pases … )
·         Adaptación de la meta, espacio, reglas …
  • Estrategia global polarizando la atención. La tarea se realiza en su totalidad, pero inducimos a los alumnos a fijar la atención en algún aspecto de la ejecución, bien individual, bien colectivo:
·         Sólo se puede conseguir tanto con una parte del pie
·         Las canastas en el interior de la zona de baloncesto valen más que fuera
·         Es necesario hacer 5 toques en voleibol para pasar al campo contrario, etc.
    Por su parte, respecto al grado de relación con la estructura funcional de los deportes de equipo, nosotros proponemos que hasta el Tercer Ciclo de Primaria sea 100% inespecífica, es decir, no adentrarnos en las habilidades de ningún deporte en concreto, sino plantear un trabajo global de habilidades y destrezas generales comunes a los deportes colectivos, así como la iniciación a las reglas elementales. A partir del Tercer Ciclo, podemos presentar cada deporte en cuestión con sus características y peculiaridades propias, siempre con un tratamiento global, sin buscar ningún tipo de especialización en el juego.

d. Dotar la práctica deportiva del niño de la máxima variabilidad de experiencias motrices
    Dado que perseguimos activar la cognición del alumno, es fundamental presentarle gran cantidad de experiencias motrices diferentes. En esa variabilidad, el niño podrá ver las múltiples posibilidades de movimiento y, potenciará su capacidad de elección y selección de tareas. El educador debe tener en cuenta esta circunstancia y dotar a sus clases de diversas tareas que eviten la monotonía, que supongan un reto constante para el alumno, mediante la introducción de variantes en los juegos, adaptaciones de los elementos, etc.
    Sin duda, ésto mantendrá la dosis de motivación requerida en el practicante, al tiempo que proporcionará oportunidades para que éstos se adscriban a la actividad que le resulte más placentera y, de este modo, orientar su vocación deportiva para su ulterior especialización.

e. Utilizar la competición como medio educativo
    Los niños en edad escolar manifiestan una gran atracción para aquello que le supone un reto, un cierto riesgo. Además, les gusta exhibir sus habilidades y demostrar de los que son capaces. Es por ello que la competición deportiva, en un marco educativo, resulta muy beneficiosa para el aprendizaje escolar.
    Evidentemente, estaríamos hablando de una forma de competición que nada tiene que ver con su significado tradicional dentro del campo federativo. El enfrentamiento contra los demás o contra uno mismo, supone un excelente estímulo para el alumno, siempre y cuando signifique un medio de aprendizaje y no el fin. Para ello, nos parece interesante realizar una serie de consideraciones (Sáenz -López, 1997):
  • Que sea una competición al alcance de todos.
    Debemos evitar competiciones en las que algunos alumnos, por circunstancias de sexo o capacitación físico - motriz, queden discriminados. Concienciar a todos de que se trata de un medio más, ayudará a que los alumnos acepten las competiciones mixtas en las que ganar no es el único objetivo.
  • Que esté adaptada a las características de los alumnos.
    En la medida de lo posible, adaptaremos el espacio, material, reglas … para facilitar el acceso a todos los alumnos.
  • Que exista una gran variabilidad
    Al igual que en el resto de las tareas, las competiciones deben ser variadas, de cualquier habilidad, o buscando cualquier objetivo. Esto favorecerá la formación polifacética del alumno.
  • Que se utilice como medio de aprendizaje y no como fin
    Debemos potenciar el aspecto educativo de la competición, sobre todo en lo referente la identificación de los elementos significativos del juego, posibilitando que el propio alumno cree su estructura jerárquica en las distintas situaciones y, así, descubrir a partir de la práctica la lógica interna, la estructura del deporte.
  • Que sean motivantes.
    En primer lugar deben ser asequibles, pero no de consecución excesivamente sencilla, pues los alumnos deben verla como un reto y, de este modo, potenciar su afán de superación. La selección de tareas es fundamental, debiendo tener en cuenta los intereses de los alumnos en todo momento.
  • Que den la oportunidad de conseguir el éxito a todos los alumnos
    Para ello debemos exprimir el máximo de posibilidades de la competición, planteando tareas en las que todos los alumnos salgan exitosos en algún momento. No sólo meter el gol o la canasta, sino todo aquello susceptible de convertirse en competitivo donde los alumnos menos aventajados puedan obtener buenos resultados.
  • Que favorezcan la participación y la cooperación.
    Todos deben participar al máximo. Por ello, plantearemos competiciones en las que cada alumno tenga un lugar importante, sobre todo a través de situaciones reducidas de juego ( 1x1. 2x2 … ), pero a la vez en las que sea necesaria la colaboración para conseguir puntos (sólo es punto si han tocado el balón todos los jugadores, en cada ataque debe conseguir punto un jugador diferente, etc)

f. Favorecer la autonomía de los alumnos en las tareas deportivas
    Si planteamos actividades que impliquen constantemente un proceso de razonamiento y elección en las decisiones, que duda cabe estaremos fomentando una asimilación de las tareas deportivas que potenciará en gran medida la capacidad del alumno para actuar en las mismas de forma autónoma. Ello nos proporcionará situaciones en las que el alumno pueda implicarse aún más en el proceso de enseñanza-aprendizaje, a través de la organización y gestión propia de los juegos o incluso de la autoevaluación del propio aprendizaje.

g. Potenciar la motivación de los alumnos en el aprendizaje
    Es evidente que para que el niño progrese y mejore su aprendizaje, se hace imprescindible un nivel mínimo de motivación. Como hemos comentado anteriormente, los juegos estimulan positivamente a los niños, sobre todo, el conocimiento de los resultados y la recompensa obtenida, a través de palabras de ánimo por el esfuerzo y evitando magnificar los logros o errores, hacerles ver sus progresos, reflexionar sobre las decisiones tomadas en el juego, etc.
    Por ello, el profesor debe crear un sentimiento de satisfacción en el alumno. En general, su actuación será dejar hacer al niño, plantear un objetivo y que ellos busquen las soluciones, indicando las condiciones de la acción, incitándoles a la respuesta eficaz y orientándoles cuando surgen dificultades.

h. Establecer una comunicación clara y sencilla entre el profesor y el alumno sobre las tareas a realizar
    Puesto que la ejecución de las tareas no debe ser el objetivo fundamental del aprendizaje del alumno, los profesores debemos huir de grandes explicaciones sobre las mismas. El planteamiento debe ser sencillo y claro y, mediante una técnica de enseñanza por indagación, permitir que el alumno busque las respuestas a los problemas motrices planteados. El conocimiento del resultado, pues, no irá dirigido a la corrección técnica, sino a potenciar respuestas creativas, fomentar la imaginación y orientar a los alumnos hacia la mejor solución posible.


La iniciación deportiva en el ámbito escolar

Por Gonzalo Martínez Álvarez

El término Iniciación Deportiva, aparentemente simple, resulta más complejo cuando lo analizamos con profundidad, sobre todo si lo hacemos desde varias perspectivas; pedagógicas, psicológicas, sociológicas, etc. Es un concepto ampliamente definido en la bibliografía especializada con un común denominador, proceso cronológico en el cual un sujeto toma contacto con nuevas experiencias regladas sobre una actividad físico deportiva. Tradicionalmente, se conoce con el nombre de iniciación deportiva al periodo en el que el niño empieza aprender de forma específica la práctica de uno o varios deportes. (Blázquez, 1998, p.19).

 Según el Diccionario de las Ciencias del Deporte (1992) la iniciación deportiva es un proceso ceremonial que indica que las personas adquieren una nueva posición o una nueva pertenencia a un grupo. Para Sánchez Bañuelos (1986) y Contreras, De la Torre y Velásquez (2001, p.60) un individuo está iniciado cuando es capaz de tener una operatividad básica, sobre el conjunto global de la actividad deportiva, en la situación de juego o competición. Los estudios llevados a cabo por Hernández, J.; Castro, U.; Gil, G.; Cruz, H.; Guerra, G.; Quiroga, M.; Rodríguez, J (2001, p.1) ponen de manifiesto que la iniciación deportiva es el proceso de enseñanza-aprendizaje, seguida por un individuo, para la adquisición del conocimiento y la capacidad de ejecución práctica de un deporte, desde que toma contacto con el mismo hasta que es capaz de jugarlo o practicarlo con adecuación a su estructura funcional.

Un individuo está iniciado en un deporte cuando, tras un proceso de aprendizaje, adquiere los patrones básicos requeridos por la motricidad específica y especializada de un deporte, de manera tal que, además de conocer sus reglas y comportamientos estratégicos fundamentales, sabe ejecutar sus técnicas, moverse en el espacio deportivo con sentido del tiempo de las acciones y situaciones y sabiendo leer e interpretar las comunicaciones motrices emitidas por el resto de los participantes en el desarrollo de las acciones.

    Si leemos con atención cada una de las definiciones anteriores, vislumbraremos que según el Diccionario de las Ciencias del Deporte vincula iniciación deportiva a un proceso de socialización que le va a permitir interactuar con diferentes agentes sociales. Para Bañuelos y Blázquez la iniciación deportiva la vinculan a la necesidad de una situación de competición (operatividad básica-forma específica) que le permite enfrentarse a otro con alto grado de eficacia. Y finalmente Hernández Moreno pone énfasis en la acción didáctica, guiándose por un enfoque constructivista que le permitirá al sujeto ir adquiriendo progresivamente el dominio de todos los componentes de la especialidad deportiva elegida.

    En cuanto a la Edad de Iniciación existen opiniones discrepantes en lo concerniente al momento de iniciación según sean los deportes practicados. Para la gran parte de los profesionales Blázquez (1998), Camí (2000) citando la opinión de Martin (1982) y Read (1988), Durand (1988) citado por Castejón (1995) la edad media es del orden de los 10-11 años (etapa sensible en la que se produce el conocimiento de las posibilidades corporales y de movimiento que facilitarán el aprendizaje deportivo, lo cual nos indica que hasta esa edad es ineficaz intentar que un niño aprenda gestos técnicos deportivos específicos complejos). Pero previamente en investigaciones realizadas por Romero y Vegas (2002, p. 2) suscriben que habría que especificar si estamos hablando de deportes individuales o colectivos y de qué contextos educativos; municipales o federativos. 


   Ya que en estos primeros (deportes individuales) podemos entender la especialización más o menos temprana, donde por encima de otros aspectos, prima el desarrollo de capacidades técnicas. En cambio en los segundos, quiero dejar bien claro que pocos están preparados para afrontar las características propias de un deporte colectivo, de dejar de ser un yo por encima de todo, para convertirse en uno más dentro de un grupo, incluso, si nos lo permiten, a perderse dentro de un terreno, unas reglas y unos condicionantes que les vienen tan grandes como la camiseta de un jugador de 20 años. Ante estas afirmaciones diferentes autores comentan que se puede organizar una práctica bastante intensa ya a los cinco años como así Dienm (1979) y Durand (1988) defienden la idea que esta iniciación puede producirse mucho antes. Naturalmente, no con la práctica directa de esos deportes, sino a través de la estimulación de actividades facilitadotas para la posterior práctica deportiva, “por consiguiente, nunca es demasiado temprano para iniciar al niño en los deportes”, “en realidad, la capacidad para el juego y la competencia en grupo no comienza a los 10 años sino a los 5 ó 6 año”. 


   A esa edad los niños ya comprenden que el deporte y los juegos de movimiento requieren la colaboración de otros y son, aunque de una forma elemental, procesos grupales” y concluye “es importante para la futura capacidad deportiva del niño descubrir todo el potencial de movimiento que hay en el ser humano, mediante tareas acordes con su grado de evolución individual. En esta misma línea se pronuncian Burns y Gaines (1986) “a lo largo de los 2 primeros años de vida se producen las adquisiciones motrices elementales más numerosas. Muchos investigadores piensan que el conjunto de adquisiciones motrices de un individuo se efectúa antes de los 4 años; según ellos, los esquemas aprendidos después de esta edad no son más que variantes o combinaciones de estas adquisiciones elementales (Blázquez, 1998, p.117).


    Los estudios llevados a cabo por Blázquez (1998) en tema de iniciación deportiva defienden la postura que, ante la dificultad de establecer una norma que de uniformidad de criterio de edad de iniciación para todas las prácticas deportivas sería el periodo comprendido entre los 6 y los 12 años y que sería verdaderamente eficaz alrededor de los 9-11 años. Contradiciendo lo que parece confirmar Díaz (1995, p.27) que citando los trabajos de Jolibois (1975)